
Estuve muerta.
La muerte no se limita al instante en el que dejas de respirar,
sino al momento en que dejas de vivir.
Y yo, durante dos años, estuve muerta.
Entraba aire en mis pulmones,
corria sangre por mis venas,
pero yo dejé de existir.
Yo fui muriendo en una, cada vez más,
abrumadora ausencia de vida.
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No existe nada peor que morir más de una vez en la vida,
si eso no te sirve de algo.
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