Me hice una promesa...
...pero la incumplí.
Y parece otra excusa,
pero la culpa no fue mía.
Estaba decidida, segura,
y en la fracción de un segundo que pudo ser no
fue un si.
No fue culpa mía,
yo no controlo las cosas extrañas de la vida,
yo no controlo las coincidencias,
no controlo el destino.
Porque cuando busco desesperadamente un si
siempre es un no.
Y juro que me lo propuse.
Pero ahí se cruzó el destino
complicando las cosas... haciendome incumplir promesas.